Me depositaste en lo
más alto
de un trono no
anhelado
y se sabe que aquí, a
los entronados
fatalmente les cortan
la cabeza.
Sálveme alicia del
fatal cadalso
de la reina victoria y
sus aliados
lléveme presto para el
otro lado
aquel en el que
siempre hay una fiesta.
Quizás te cuente de
mis andanzas breves
con mi amiga, la niña
exploradora
quien se deslumbra con
la voladora
brizna del campo en la
estival orgía
de cantos juegos
fiesta y alegría
de la inocencia feliz
que a nada teme.
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