Te tuve
tuve tu perfume.
El perfume
de tu cuello lo tuve
y esta
mañana
naufrago
en aguas
turbulentas
porque te tuve
y te fuiste.
Partiste
revoloteaste a mi alrededor
parecía
un juego
con
la pichona
partiste y
nada pude hacer
porque
un pájaro, pájaro es.
Me
abandonaste y te fuiste
dejaste un
hálito de vuelo perfumado.
Te tuve
tuve tus
manos
adoré la
certeza de tu tacto, la precisión de tu pulso.
Cuando las
yemas de tus dedos
ocultaban la
galatita o la dejaban aparecer en todo
su tornasolado perfil
y cuando tus
brazos expandían el abrazo yo podía
inspirar profundamente
no es que yo
fuera lengua suelta
pero siempre
hablaba de más.
Ahora descubro
que no podías alcanzar el botón setenta y uno.
Te fuiste
inventaste
el equilibrio la perseverancia el
silencio
la fuga la
locura y el miedo
Te fuiste
y mis
huesitos de pichona -que no eran de galatita-
se enfriaron
para siempre, siempre con frío
porque te
fuiste mucho antes de partir.
No, no fue
un sueño
sentí tu
piel tus manos.
Te fuiste
pero no fue ayer, ni hace unos días,
ni hace
meses ni años
te fuiste
hoy y siempre es hoy
cada día es
hoy
y yo sigo intentando ser free
al ritmo de
la palanca que tu pulgar aprieta.